miércoles, 16 de julio de 2008

SALUD
Parto en casa, una opción que crece
El grupo Nacer Mejor atendió 120 nacimientos en nueve años. "Una casa para nacer" se prepara en Lezica.
Alejandro Mendieta
Dar a luz en casa es posible en Uruguay. Inclusive en piscinas diseñadas especialmente para el parto. En nueve años, la organización Nacer Mejor atendió 120 partos. Seis de ellos bajo agua. Un grupo de parteras recibidas de la Escuela de Parteras también lleva adelante partos a domicilio.
Begonia Ojeda es una mamá de 35 años. Sus tres hijos: Raien, Teo y Carmela, nacieron en el dormitorio del matrimonio. Ojeda y su marido eligieron esta opción porque en la mutualista no sintieron que se atendieran las necesidades de las madres. "Tenía consultas y dudas que no fueron satisfechas. No tienen en cuenta individualidades", dijo Begonia. Tampoco le convencía que los ginecólogos que consultaba le decía que no leyera libros sobre el proceso que estaba por experimentar: "no lea, eso le hace mal", eran las palabras de los médicos.
A través de una amiga se enteró de que Nacer Mejor asistía partos domiciliarios. La idea de tener familia en su hogar, en la tranquilidad de un ambiente familiar, se afirmó como una opción atendible. Las parteras le recomendaron un ambiente cálido y eligieron el dormitorio.
Después de haber resuelto el parto en casa no dejó de asistir a controles ginecológicos una vez por semana, para saber si todo estaba bien.
Ojeda afirmó que en ningún momento se sintió nerviosa: "Yo me sentía confiada, ya que el parto es algo natural". Un factor importante a la hora de su elección fue que no le agradaba la idea de tener que sufrir la "rutina (de los centros de salud) que no contemplan la individualidad". La experiencia fue tan linda que si tuviera otro hijo volvería a tenerlo en su hogar. Así lo hizo. Dos veces más.
En el último embarazo -no así en los dos primeros- discutió con el ginecólogo la opción de dar a luz en su propio dormitorio. El médico no estuvo de acuerdo pero aceptó su decisión.
EN CASA. Esta modalidad no es nueva. Antiguamente, y principalmente en el interior del país, las mujeres tenían familia en sus casas ante la imposibilidad (por distancia o falta de transporte) de parir en un centro hospitalario. Pero desde aquella época a estos días hay una gran diferencia. Antes, un parto domiciliario ocurría porque no quedaba otra opción. El niño estaba por nacer y no había tiempo de hacer un traslado a un centro de salud, así que se llamaba a la partera del pueblo para que asistiera a la futura mamá. Pero esas personas no estaban debidamente preparadas para asistir un parto, sino que eran mujeres (generalmente de edad) que a lo largo de su vida habían traído a luz a decenas de niños y contaban entonces con experiencia en el proceso.
Desde 1877, las personas que quieran ser parteras tienen una escuela a la cual asistir y obtener un título profesional de parteras obstetras que las califica para atender embarazos y partos.
Elena Penadés, integrante de Nacer Mejor, se recibió de partera hace 21 años. "El parto es siempre igual y ocurre dentro del cuerpo de la mujer, la diferencia del parto en casa es que se le garantiza a la mamá que ella será la dueña de la situación", explicó. Para ella esto no es necesariamente así en hospitales o sanatorios.
Esta organización atiende, en promedio, seis futuras mamás por mes. Dos o tres de ellas deciden tener parto a domicilio. Nacer Mejor también realiza proyectos de fortalecimiento nutricional, de lactancia y preparación de partos.
Contratar un parto domiciliario no es tan sencillo ni tan barato. Todo el proceso cuesta $17.000. Comienza con la atención y control del embarazo desde que la mujer se pone en contacto con la organización; incluye una visita previa al hogar, la presencia de dos parteras en el parto, visitas luego de que se tenga familia y un pediatra que examina al niño después de nacido. El costo es el mismo si se decide tener el hijo bajo agua, aunque esta modalidad, con piscina portátil, no se está usando ahora.
Lo más importante es que la mujer esté totalmente convencida de que un parto en su casa es la mejor opción, pero es necesario tener las garantías que permitan realizar el trabajo sin poner en riesgo la salud del niño o de la madre: "Un parto en casa sólo es seguro si la mujer siente que es lo mejor. Si tiene miedos o dudas aumentaríamos de manera innecesaria los riesgos"
Algunas solicitudes son descartadas luego de estudiar la información clínica y la situación de la embarazada. "Eso ocurre cuando detectamos antecedentes en la familia que puedan significar complicaciones a la hora de parir", indicó la partera. En ese caso se comunica que lo mejor es tener a su hijo en una institución.
La mamá debe comprometerse a controlar su embarazo y asistir a las clases de preparación de parto, alimentarse bien y hacer ejercicios: "es su parte del compromiso. El nuestro es acompañarla en el proceso y controlar el embarazo", dijo Penadés.
Cuando se llega a las 37 semanas de gestación, si no se presentan complicaciones, se visita el hogar para estudiar sus condiciones y queda establecido el compromiso y las recomendaciones para adaptarlo.
La higiene no es un factor menor. Las futuras mamás tiene que asegurarse de que el cuarto esté limpio aunque nada especial: con los productos de uso diario. En la casa están los gérmenes "normales" con los cuales las mujeres conviven y tienen los anticuerpos necesarios contra ellos. "Difícilmente puedan ingresar al cuerpo si nosotros no practicamos alguna intervención, si no les ofrecemos alguna puerta de entrada", afirmó Penadés. Para la atención se utiliza material estéril que lleva "Nacer Mejor".
La agrupación no realiza promociones sobre esta modalidad. Cuando una mujer visita al grupo para asistir a clases de preparación de parto y ya tiene planificado un parto institucional, se les comunica que en el grupo que integrará hay madres que tendrán a sus hijos en sus hogares. Lo que sí promocionan, a través de la Red Relacahupan (ver nota aparte) es que la mujer puede elegir la forma de parir.
COMPLICACIONES. El 20% de los partos que se planifican a domicilio terminan en un hospital. La complicación más frecuente es cuando no se avanza en la dilatación durante el trabajo de parto, o cuando la dilatación es completa pero el niño no desciende. Cuando eso ocurre son trasladadas. Otro caso frecuente es la rotura prematura de la membrana, es decir, la rotura de la bolsa de agua sin que comience el trabajo de parto. Una de las situaciones más angustiosas que sufrieron fue una placenta retenida, que derivó en un traslado luego del parto.
Penadés tuvo un caso de muerte neonatal. Fue un niño que nació normalmente y que había sido revisado por el pediatra, que lo había encontrado bien. Una malformación fue la causante del deceso. A pesar del rápido traslado no se pudo salvar la vida. Una evaluación posterior dictaminó que ese niño hubiera sufrido el mismo resultado de haber nacido en un hospital.
La organización no ha tenido juicios en su contra, y el apoyo legal es el que les otorga su título y la responsabilidad que asumen a la hora de atender los casos.
DIFERENCIAS. En los hospitales "generalmente se imponen rutinas que no responden al bienestar de la madre o del niño, sino que son hábitos o procesos rutinarios funcionales a la institución o a los que trabajan allí, que se establecieron en algún momento pensando que eran lo mejor para la mamá o para el niño, pero sin base científica", dijo Penadés.
Estas "costumbres" no respetan la comodidad de la mujer, explicó. Por ejemplo acerca de la postura durante el trabajo de parto. La integrante de "Nacer Mejor" afirmó que hay procedimientos que se hacen sistemáticamente "como dejar a la mamá acostada durante todo el trabajo, u obligarla a que tome determinada posición (…) aunque se haya demostrado que es más eficaz respetar los deseos de la mujer".
Esta postura es apoyada a nivel institucional. José Enrique Pons, médico ginecólogo y obstetra, y profesor director de la Clínica Ginecotológica "A" de la Facultad de Medicina que funciona en el Pereira Rossel, afirmó que, desde un punto de vista biológico, es mejor para la mujer, que vaya a parir, estar sentada, ya que puede realizar mejor la fuerza necesaria.
Gilda Vera, partera desde hace 36 años y coordinadora en Latinoamérica para una "humanización" de los partos (ver nota aparte) y funcionaria del Ministerio de Salud Pública (MSP) también promueve el respeto hacia la postura en el trabajo de parto. "El parto en forma horizontal es antianatómico, y eso lo sabemos los profesionales", sentenció.
Para Vera, la mejor forma de parir es la que la madre elija, pero "lógicamente es la verticalidad porque la vagina apunta hacia abajo". De acuerdo a la Fundación Perinatal del Uruguay, "las estadísticas demuestran que con un cuidado prenatal adecuado y asistencia calificada, el parto en casa es una manera de parir tanto o más segura que en el hospital".
Más allá de relatar sus satisfactorias vivencias, Begonia Ojeda prefiere no recomendar explícitamente el parto en casa: "Yo cuento como fue mi experiencia, luego que decida cada mamá cómo tener familia".
Proyecto "casas de parto" en Lezica
La directora de la Escuela de Parteras, Cecilia Fernández, afirmó que las "casas de parto" serían "el lugar ideal para un parto normal". En Uruguay se trabaja desde hace un año en un proyecto piloto para que existan "casas de partos" o "casas para nacer", gestionado por la Asociación Civil Damas Salesianas y la Fundación Perinatal en Uruguay.
Países de Europa y Latinoamérica cuentan con estas instalaciones y, según la Red, sus resultados han sido "altamente satisfactorios". Complicidad, comodidad e intimidad son algunas de las claves. Estos centros deben estar cerca de un hospital o sanatorio que pueda atender complicaciones o urgencias en el momento de dar a luz.
Actualmente, en Guanahani 1870 y avenida Lezica funciona una policlínica comunitaria que atiende a 2.000 personas por año. Se especializa en atender a embarazadas y prepararlas para el parto, y a madres con hijos de hasta 3 años. Está a 500 metros del Hospital Saint Bois, por lo que cumple con el requisito fundamental de estar cerca de un centro de salud. En un futuro se pretende que las "casas para nacer" se ubiquen en las instalaciones del Saint Bois. Se brindará una atención calificada del embarazo, parto y nacimiento. También se procurará usar sólo conductas beneficiosas y evitar intervenciones inefectivas: nada de sedantes ni rasurados sistemáticos o episiotomías innecesarias. En el mismo lugar se formarán "doulas" para acompañar a la futura mamá durante el embarazo, una especialización que hoy no existe en Uruguay.
Elegir la compañía
Las mujeres tienen el derecho "a estar acompañadas de una persona de su confianza o en su defecto, a su libre elección, de una especialmente entrenada para darle el apoyo emocional". Así lo establece la Ley N° 17.386 de 2001 que el 6 de marzo fue reglamentada por el presidente Tabaré Vázquez. Antes, la pareja o familiar, de la futura mamá no contaba con la libre elección de acompañar a la mujer durante el trabajo de parto, sino que quedaba atado a la voluntad del centro de salud.
Natal
Un parto a domicilio cuesta $ 17.000. Incluye atención y control del embarazo, instrumental y visitas al hogar antes y después de parir.
Nacer Mejor funciona en Missisipi 1561 y Rivera. Por más información comunicarse a nacer@adinet.com.uy
En Uruguay hay 1.000 parteras-obstetras recibidas de la Escuela de Parteras, que funciona desde 1877 en el Pereira Rossel.
Cuatro hombres están estudiando la profesión por primera vez en la historia.
La Casa de la Mujer en Unión (José Serrato 2613) también realiza preparación de partos. El costo por taller es de $40. Para las embarazadas que tienen sociedad médica, el costo de los talleres es de $60 a $80.
En Uruguay nacen alrededor de 50.000 niños por año. La mayoría en el Hospital Pereira Rossel.
En la humanización del parto se busca reducir el número de cesáreas. La OMS dice que no se debe superar el 15%. En Uruguay llegan a un 40%, según la partera y funcionaria del MSP, Gilda Vera.
Informar mejor para dar a luz sin miedo
Humanización. Esa palabra "rechina" en los oídos de los médicos cuando se les menciona que existe un grupo de personas que piden por una "humanización de los partos". "Es que nosotros trabajamos con humanos", explicó Gilda Vera, partera desde hace 36 años y coordinadora para América Latina de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y Nacimiento (Relacahupan). Esta chilena, radicada en Uruguay desde hace casi 40 años, reconoció que "desgraciadamente" los equipos de salud "nos hemos apoderado desde hace mucho tiempo del embarazo, el parto y el nacimiento, cuando realmente son cosas de las mujeres".
¿Pero qué se entiende por humanización de partos? Según la coordinadora de la red, significa "respetar los tiempos de la naturaleza, mejorar la calidad de atención médica, preparar a la mujer para el proceso que está por vivir".
Esta agrupación no cuestiona los métodos obstétricos, sino el criterio con el que se aplican. Su esfuerzo está dirigido a privilegiar los derechos de la mujer y el rol protagónico que ocupa.
Implica respetar las decisiones de las mujeres, que en los trabajos de partos y nacimientos participen grupos multidisciplinarios -parteras, obstetras, enfermeras, educadores del parto y la maternidad-, entre otros. También se establecen formas de cuidado que deberían ser abandonadas como los rasurados y enemas de rutina, episiotomía, la inducción del parto, el uso de sedantes y tranquilizantes de rutina o prohibir las visitas de los familiares.
El ginecólogo Pons explicó que la episiotomía es una práctica que no necesariamente se debe hacer en todos los casos. "Existe una campaña mundial para tratar de restringir su uso, por haber llegado a ser casi rutinario, lo cual es un exceso. La educación actual de los futuros ginecólogos, y también de las parteras universitarias, insiste en entrenarlos para que sepan proteger las estructuras que rodean la vulva, de manera de minimizar la necesidad de practicar episiotomías". Hay casos en que es imprescindible el procedimiento.
Vera considera que la asistencia médica en Uruguay se puede mejorar, ya desde la información a la mujer. Para Pons es importante que el parto sea un proceso que "no genere más temor del necesario".

No hay comentarios: